viernes, 4 de julio de 2014

El Espíritu Santo

El Espíritu Santo puede bendecir su vida de muchas maneras. Cristo prometió a Sus apóstoles que el Espíritu Santo les “enseñará todas las cosas” (Juan 14:26) y “guiará a toda la verdad” (Juan 16:13). También les dijo que el Espíritu Santo “dará testimonio de mí” (Juan 15:26). De la misma manera, el Espíritu Santo puede ayudarle a usted. Mediante la inspiración del Espíritu Santo, podrá reconocer y comprender la verdad, escoger correctamente y tomar decisiones inspiradas. El Espíritu Santo puede inspirarle con pensamientos e ideas, advertirle y consolarle en tiempos de pesar. Quizás usted ya ha sentido Su influencia alguna vez en su vida. Esa influencia se expresa en “amor, gozo, [y] paz” (Gálatas 5:22).] Casi todos hemos sentido el Espíritu Santo alguna vez. Pero existe una diferencia entre experimentar ocasionalmente la influencia del Espíritu Santo y recibir el don del Espíritu Santo. Si bien el Espíritu Santo puede brindar consuelo temporalmente o revelar una verdad a una persona, el don del Espíritu Santo está reservado para quienes se hayan bautizado y hayan sido confirmados en la Iglesia de Cristo. Este don consiste en el privilegio de disfrutar de la compañía constante del Espíritu Santo, siempre y cuando se guarden los mandamientos. Quiero explicar que recibir el Espíritu solo pasa si es la voluntad de nuestro Dios. Yo voy a una Iglesia evangélica, es decir que Dios es el que manda su Espíritu para consolarnos y ayudarnos a caminar por sus caminos. Sólo que no es por manos de pastores ni  nada de eso, el señor se manifiesta de muchas maneras, a través de un instrumento (una persona tomada por Dios) o también por su palabra- La Biblia. O estar solos y que de la nada el señor nos llene de su Espíritu SANTO. El hace como quiere. El Espíritu Santo se simboliza mucho como una paloma blanca que es la que nos guía.

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